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"Lo hice porque me dijeron que era imposible"

Entrevista a Andrea Merenzón

Por Constanza Vázquez, Claudio Viacava y Marine Zungri.


El contexto actual de pandemia en el mundo y de aislamiento social en el que se encuentra el Área Metropolitana de Buenos Aires, nos obligó a repensar las estrategias para entrevistar a Andrea Merenzón. Evaluamos la importancia de poder hacer la entrevista con video y coordinamos un encuentro virtual a través de Skype que presentó otros desafíos. La primera dificultad fue que uno de los entrevistadores no tenía audio. Cuando se solucionó ese inconveniente, Andrea se quedó sin video, por lo tanto, no pudimos apreciar su gestualidad al momento de preguntar y responder. Imposibilitados de enriquecer la entrevista con otros aspectos de su personalidad, se desarrolló en un clima de distensión que propició el desplazamiento sobre diferentes temas, muchas veces respondiendo a preguntas que según nuestro borrador pensábamos abordar más adelante. A pesar de preguntar sobre diferentes temas, surgía la problemática sindical del Teatro y aspectos políticos de la gestión cultural; como si fuese un tema que no sólo le incomoda, sino que aún no está cerrado. Se define a sí misma como idealista, honesta y luchadora. Ve las cosas en blanco o negro pese a que la gente quiere llevarla a terrenos de grises. Se siente una persona diferente porque hace muchas cosas, lo cual le provocó grandes críticas y oposiciones, pero está segura de tener condiciones para la política. A continuación, un resumen de la extensa entrevista que nos brindó durante 1 hora 40 minutos.

1) Además de instrumentista, Ud. también dirige una ONG, festivales internacionales, orquestas, Radio Nacional Clásica, e incluso es delegada desde hace varios años de la Orquesta Filarmónica de Bs. As: ¿Qué dificultades se le presentaron en estas áreas, a la hora de enfrentarse a estos cargos de liderazgo; como mujer?

“De todo me ha pasado”, dice, como quien ha vivido infinidad de experiencias. Seguidamente, nos relata distintas historias y hasta hipotetiza sobre el por qué, hasta hace unos meses, no había sentido el peso de ser mujer en un ambiente hostil, como lo es el medio musical académico.

Andrea comenzó a trabajar desde muy chica y no por eso se quedaba callada; piensa que, por esta razón, muchos le tenían respeto o quizás la veían como un personaje pintoresco. “siempre estuve entrenada para pararme delante de quien fuera y contestar”. Nos relata algunas de las experiencias vividas en su juventud, con apenas dieciocho años: “Ha habido muchos cambios para las mujeres en los últimos 30/40 años; cuando yo entré a la banda municipal, a las mujeres que nos parábamos a hablar nos gritaban: - “¡calláte la boca, andá lavar los platos!”– Ahora, ya nadie diría una cosa así, sería políticamente incorrecto y quedaría mal”.

“Durante muchos años, no sentí como hasta ahora haber vivido situaciones de género; siempre me pareció que los problemas de género les pasaban a otras personas, a otras generaciones, y que yo viví siempre como un varón; me mudé a los 17, me fui a los EEUU sola, viajé por medio mundo, hice turismo aventura, fui libre. Entonces visualizaba el tema de género desde afuera. Hasta que el año pasado tuve un episodio en el Teatro Colón, muy injusto y amargo”. Andrea estaba negociando una mejora laboral colectiva para las orquestas del teatro, cuando, en medio de una asamblea, un grupo de compañeros, con una postura diferente, la agredió. “Fue muy virulento, porque veinte tipos me estaban gritando”.

A raíz de este enfrentamiento, Andrea manifiesta haber tenido graves problemas de salud; fue entonces cuando decidió llevar el hecho a la justicia. “Hemos retrocedido 30 años con lo que me hicieron a mí. Hice una denuncia por género, pedí que se me garantice el derecho de poder trabajar en un ámbito sin violencia. Es lo que dice la ley. Yo aguanto cualquier cosa, pero, si me vas a pegar y cada vez me voy a poner más dura, pero ¿sabes cuántas chicas hay? Hoy por hoy, ninguna mujer querría ser delegada, porque esto lo hicieron público y grande” –dice, refiriéndose a una serie de notas periodísticas que agraviaron su persona, “Yo me quiero ir del Colón, dejando una marca, un precedente, para que nunca más vuelva a pasar. No es fácil para las mujeres, ahora lo empiezo a ver desde otro lugar. Hasta ahora no lo había sentido”. Y dice: “Juana de arco terminó peor”.

2) Como instrumentista de fagot es considerada promotora del repertorio para este instrumento con el que ha estrenado obras de compositores latinoamericanos en distintas partes del mundo e incursionando en la música folclórica Argentina y Latinoamericana ¿Qué le llevó a realizar este tipo de repertorio y qué desafíos le presentó el abordaje de música popular con un instrumento ideado para un repertorio académico?

Se detiene un instante para ordenar sus ideas y avanza “como una topadora”.

A lo largo de mi carrera grabé 10 discos. Fue por rebeldía. Sentí la necesidad de hacer cosas diferentes. Señala que en su familia eran todos músicos académicos, por lo que no pudo venir por ahí su interés en la música folclórica latinoamericana. Integró agrupaciones instrumentales que abordaban no sólo la música latinoamericana sino también el tango y el jazz. Pero reconoce sus límites cuando afirma que nunca incursionó en el rock porque no lo entiende.

“El barroco no me interesaba mucho, y la música contemporánea la toqué por 25 años. Me interesan las tradiciones, la identidad. La música del pueblo siempre me emocionó, y no la podía tocar. Existe una rivalidad entre los músicos populares y los académicos. Los académicos critican a los populares que no saben leer música y los populares, a los académicos, que no saben improvisar. En realidad, unos envidian a los otros.”

Como una brecha que tuvo que saltar para poder llevar a cabo sus intereses. A esto se le agregaron otras dificultades.

“Tuve dificultades para encontrar obras para fagot solista y en aquellos años grabar un disco era imposible.”

Recuerda con humor y cierta sorna: “cuando iba a grabar no sabían dónde colocar el micrófono.”

Para agregarle más dificultades a las otras tantas que tuvo que superar, agrego ¿y cómo fue escogido el repertorio?

“Primero quise generar un repertorio propio. Tomé clases con el fagotista brasileño Noel Devos, que admiraba mucho. En Brasil, todo el repertorio escrito para el instrumento fue compuesto a instancia de Noel: “Ciranda” de Heitor Villa-Lobos y el “Concertino” de Mignone. Cuando estuvimos de viaje en Brasil, me comuniqué con él y me invitó a su casa. Me recibió con interés[2] ; me abrió la biblioteca y me dijo: `Llevá lo que quieras´. Volvimos con 2 valijas llenas de fotocopias. Ese fue mi modelo y me puse a trabajar con compositores a los que les pedía que incluyan en sus obras material proveniente del folclore y el tango.”

Plantea un balance de su carrera y de sus intereses actuales.“25 años de música contemporánea fueron suficientes; ahora necesito una melodía, música popular. Pude darme permisos que hasta ese momento no me los daba. Quería viajar y hacer una carrera en Europa y no iba a ir para hacer Mozart. Buscaba un repertorio excitante que me abriera las puertas del mundo; que fuera fresco y divertido. Mi marido me acompañó mucho y hacía él los arreglos.”

3) Tanto por sus estudios como por sus trabajos, Ud. ha viajado e intercambiado experiencias con muchas personas del ámbito musical, político y educativo. A partir de esas experiencias, ¿Cómo ve la educación musical en nuestro país?

“Mal, la veo mal.” - Responde inmediatamente - “Te diría una cosa, en los conservatorios tienen profesores que se pasan ahí toda una vida; treinta o cuarenta años enseñando y salen con mejor sueldo que con el que entraron. Pero nombrar a los profesores que en verdad han formado músicos exitosos resulta un número ofensivo.” Y se ríe “Por eso no lo haré, pero, así como nosotros respondemos al escenario, el profesor responde a cuántos alumnos profesionales ha formado. Si tú haces un sondeo en el Teatro Colón de cuántos venimos de conservatorio, sorprendentemente, sabrás que somos muy pocos. Lo mismo si haces un sondeo entre los profesores del conservatorio sobre cuántos de sus alumnos son exitosos en la música, tomando en cuenta también a los grandes docentes como alumnos exitosos, serían muy pocos.”

Expresa que, en realidad, es necesario estudiar en el extranjero “Yo lo he hecho porque lo he buscado, pero no es lo mismo con todos los músicos.”

Después hace una crítica a la educación musical en la escuela regular porque la materia de música es la más prescindible, es opcional, y tomada de forma recreativa. “¡No enseñan música!” Exclama. “¡Es la hora libre! ¡Peor que si no existiera!” Compara la mala enseñanza musical con la mala enseñanza del idioma inglés con maestros que enseñan a cantar “Hey Jude” por fonética, pero no enseñan el idioma ni cómo comprender su estructura. “Hacer que los pibes se aprendan los himnos nacionales no es enseñar música. La metodología utilizada no esta ni cerca de enseñar a los niños a tocar un instrumento ni a entender el lenguaje musical y como leerlo.

Manifiesta que no entiende porqué esta materia es tan ignorada aún existiendo estudios científicos que demuestran los beneficios de la enseñanza musical a temprana edad comprobando que desarrolla el cerebro y mejora sustancialmente la capacidad cerebral de los niños en un 25% por ciento. “Se hizo un estudio en el que siguieron a treinta y un chicos de entre seis y nueve años a quienes se les enseñaba música como juego, ni siquiera como clase, y se les hacían resonancias magnéticas. En tres años se compararon sus resultados con los de otros chicos que no fueron expuestos al mismo proceso, y se descubrió que su masa cerebral era mayor por dos centímetros.” Comenta que ella aprendió así, con juegos y de forma placentera. “No sé cómo desaprovechan esos métodos. Argentina está sub educando musicalmente porque los educadores están sub educados. Y más si nos comparamos con los países más desarrollados.”

Nos adelantó que está programando, para el mes de julio, un Congreso Iberoamericano virtual con artistas importantes como Horacio Lavandera, matemáticos y otros especialistas que den testimonio de cómo influyó en ellos la música; iría dirigido a maestros, directores y profesores de música. Y agrega: “también abordaremos el tema de las orquestas. Miradas de diferentes especialistas para que la gente deje de creer que para ser músico del Teatro Colón se necesita ser tocado por una varita mágica, o deje de tener la idea de que el músico popular también es un ser bohemio que amanece, toma la guitarra y automáticamente emana una canción de sus manos. Cuando sabemos, que podrías estar seis horas para lograr un esbozo de una idea melódica.”

Después de una pequeña pausa, agrega un poco más seria: “Es laburante el músico, laburante como cualquier otro que pone empeño y horas de trabajo en lo que hace. Y debe aprenderse. Esto en todos los gremios. Y por eso, hay mucho que hacer por el lado de la educación musical.”

4) ¿Cuál considera que es el aporte de Fundecua a la sociedad argentina?

Andrea responde en primera persona “¿Cuál es el mayor aporte que puedo hacer? demostrar que lo que dicen muchos que es imposible, no lo es. Te lo quieren hacer creer, porque no tienen la capacidad de hacerlo o no tienen la pasión y no dejan que otros lo hagan. Con esta concepción se está educando a niños y jóvenes. Aunque no pretendo que todos hagan lo mismo que yo, considero importante que se eduque bajo la premisa de que las cosas funcionan con esfuerzo y perseverancia ¿Sabes cuántas liebres vi quedarse en el camino, y cuantas tortugas llegar al Colón? Dice, haciendo alusión a la fábula de Esopo.

Andrea empezó con una asociación que después se transformó en una fundación. Si bien se manifiesta una estadista, dice: “necesité buscar un espacio que no dependiera de los cambios políticos del estado, o sea, una ONG. Empecé con los festivales de mega orquestas de niños, siempre poniendo plata, porque era imposible. Todo se resume a eso”.

Anteriormente y en línea con sus opiniones sobre la educación musical en nuestro país, Andrea considera que elevar el nivel musical de niños y adultos también es un aporte y objetivo constante de su fundación, “Es motivante para los chicos elevar el nivel. Las orquestas se vieron como guarderías de chicos vulnerables. Decían, `No les exijamos para que no abandonen´ y es totalmente al revés”.

5) Uno de los objetivos de Fundecua (Fundación para el desarrollo, la cultura y el arte) se expresa en el lema “Cambiando vidas: la música como herramienta de inclusión y transformación social” ¿Por qué piensa que la música es capaz de generar inclusión y transformación social?

[3] Su mirada siempre estuvo volcada a mejorar la vida de los demás, tanto como delegada sindical, docente, filántropa. Pero nuevamente se presentan las dificultades: “Para que algo se concrete, especialmente en Argentina, debo presentar 100 proyectos para que se den 2; es un enorme esfuerzo.”

Cada pregunta la lleva a recordar las dificultades y las resistencias que tuvo que superar para poder llevar a cabo sus ideales, pese a que su búsqueda estuvo orientada a mejorar las vidas de los demás. Ensaya una explicación con un viejo proverbio:

“Cada clavo que saca la cabeza, recibe un martillazo”.

“La gente honesta termina mal en la función pública, porque no te creen que seas honesta.”

Esta imposibilidad de poder llevar a cabo proyectos desde el Estado la condujo a crear una ONG, que luego se transformó en una Fundación (Fundecua).

“Necesité buscar un espacio que no dependiera de los cambios políticos del Estado y eso dio como resultado una ONG. El Estado brinda la posibilidad de generar grandes cambios, pero a los 4 años cambia la gestión y, si fuiste muy bueno, te cambiarán más rápidamente, porque da miedo o porque cada uno que viene quiere refundar la Patria. En cambio, desde el ámbito privado es más sustentable.”

Con el vértigo que conlleva ponerse al hombro la multiplicidad de proyectos que desarrolla, de la misma manera pasa de tema.

“Las orquestas juveniles en los últimos 20 años se convirtieron en guarderías para chicos vulnerables. Si vos querés desarrollar un método, te dicen que no podés exigirles nada y es precisamente al revés. El poder elevar -la vara- les va a permitir acceder el día de mañana a integrar una orquesta como la del Teatro Colón.”

Sostiene su mirada desde su experiencia como directora de los Conciertos juveniles en Iguazú, Misiones y en San Salvador de Jujuy. Para ejemplificar, vuelve su mirada sobre fábulas populares.

“Mi fábula preferida es la de “la liebre y la tortuga”. Tengo becados 40 chicos de barrios vulnerables en la Fundación. ¿Sabés cuantas liebres vi quedarse en el camino y a cuantas tortugas llegar al Colón?”

Aporta otro ejemplo desde su experiencia personal.

“Cuando yo era chica veía la matemática dentro de la música.”

Recordando aquellos años de estudio en la escuela, y del fagot con su padre, surge una pregunta existencial a la que aún no le ha encontrado respuesta.

“Yo no sé si la música me ayudó para la matemática o la matemática para la música.”

Pero amplía aún más el alcance de su reflexión, dónde no sólo abarque lo racional, sino también la moral.

“La música es una herramienta invaluable para la construcción de la no violencia.”

6) En enero de este año fue nombrada Directora de Radio Nacional Clásica. ¿Cuál es su proyecto para la misma?

Se ríe un poco y nos comenta que la radio es “un paseo” comparado con el Teatro Colón. Tomando como entrenamiento las experiencias que vivió ahí y que ahora puede aplicar en la radio.

“No hay que irse a las piñas de entrada, las cosas funcionan mejor así. También ha habido situaciones, como en todo cambio. Pero, de entrada, condicione aceptar el cargo si no echaba a nadie, ni me tuviera que pelear con nadie.”

Adicional al congreso que nos mencionó al inicio de la entrevista, recuerda que Radio Nacional cumple 100 años este año.

“El 27 de agosto de 1920, en la azotea del Teatro Coliseo, `Los locos de la azotea´ transmitieron una función de la ópera Parsifal”.

Este año le toca a ella organizar el centenario. Y al pensar en ideas, se dio cuenta de que no hay una audioteca digital en el país. Incluso nos retó a encontrar una ópera argentina digitalizada en algún lado. “¡No la vas a encontrar, porque no hay!”, nos dice.

“El mayor regalo para el centenario será poder dejar una audioteca digital, que se pueda ampliar más adelante, pero que para este 27 de agosto se comience a transmitir, durante cien días, cien obras de compositores argentinos de los últimos cien años. Tanto los más conocidos como los que no corrieron la suerte de ser tan políticos o de relacionarse con gente importante, pero cuya música es valiosa para el país. Justamente, la radio tiene un sinfín de grabaciones de conciertos y transmisiones de todos estos años, pero nunca se han digitalizado. Todo está en cajas, casetes, cintas de los años 40, etc. Solo los conciertos de música internacional se digitalizaron. Cien años de la radio nacional, cien millones de oyentes y como invitados, cien directores de las cien mejores radios en el mundo.”

El evento culminará con 10,000 registros como resultado de los intercambios de música patrimonial aportadas por cada radio participante

Nos presenta los dos panoramas que puede haber para entonces: que se mejore la situación y se pueda organizar la fiesta de manera presencial, (aunque admite que es el menos probable); el segundo, en consecuencia, que se invitarán a los directores a presenciar el evento de manera virtual.

Cierra la respuesta con cierta ironía: “¿Sabes qué pedí para lograrlo? Solo una persona que me ayude. Tengo cuatro meses para la tarea ¡Y vaya tarea! Todo porque es imposible también.”

7) ¿Qué participación considera que debe tener la música de compositores argentinos en la radio?

En este sentido, Andrea es clara y contundente: “La radio es la casa del músico, no se puede dejar a nadie afuera, cualquiera que venga con material, será transmitido”. Radio Nacional Clásica cuenta actualmente con 45 programas, agrupados según la música o períodos históricos; la idea, nos cuenta, es encuadrar las propuestas dentro del contexto de cada programa, “el público de radio clásica es muy conservador, si vos los dejás, van a querer escuchar Chopin y Vivaldi”.

8) En el contexto de la actual proliferación de nuevos medios ¿qué lugar ocuparía Radio Nacional Clásica?

Voy a crear una sección, en la página de la radio, destinado a jóvenes y niños. Me interesa lo federal del país, sin competencias entre el interior y Buenos Aires. En mi discurso de toma de cargo reconocí la labor llevada a cabo por Pablo Kohan (anterior director), pero tenemos visiones diferentes. Es necesario modernizarla, no sólo en términos tecnológicos sino también en la ampliación de la audiencia. “La palabra “niños” no existía en la radio” lo dice poniendo el acento en el concepto innovador de su propuesta. “Voy a invitar a los niños a que se acerquen a la música clásica. Creo que ese es el rol del Estado, ofrecerles la posibilidad de conocer y después que cada uno elija. La obligación como radio pública es que sea diversa en un porcentaje que incluya, por ejemplo, música contemporánea argentina.”

Con el peso de grandes batallas libradas[4] , define a los argentinos.

“Todos quieren ser caciques y ninguno indio, ; mientras nos peleamos, las vaquitas son para los de afuera” se ríe, “San Martín se está retorciendo en su tumba.”

9) La situación mundial a causa de la pandemia ha planteado diferentes interrogantes a la sociedad. ¿Qué piensa al respecto, y, en particular, cómo afecta al mundo artístico? ¿Qué cambios imagina que traerá en el futuro?

“Es obvio que la pandemia nos ha afectado mucho y los músicos seremos los últimos en volver.” Dice con tristeza que los más lastimados son los intérpretes, incluso los que tenían plazas fijas en orquestas o teatro. “Varios amigos míos están desesperados.” Aun así, hace la interesante reflexión de lo difícil que es que el mundo cambie y lo complicado que será hacer que desarrollemos nuevos hábitos. Incluso, admite que ella no va a cambiar sus hábitos.

“Me lavé las manos exhaustivamente por dos días. Alcohol me puse los primeros días, pero ya no uso más, ni siquiera salgo. ¿Para qué obsesionarme con ponerme alcohol dentro de mi propia casa? ¡Me resisto a lavarme las manos cada 5 minutos, no es vida eso!”

Pero, a pesar de que todo mundo diga que el mundo será otro después de esto, Andrea opina: “No creo que cambiemos.”

10) ¿Qué planes futuros tiene para desarrollar en las diferentes áreas, como instrumentista, en Fundecua, y en la radio?

Frente a esta pregunta, Andrea nos cuenta que hace cinco o seis años que no toca el fagot; siente que como instrumentista cumplió un ciclo; que se dio todos los gustos, tocó conciertos como solista, grabó discos, viajó por el mundo, “No necesito aferrarme a la vida de fagotista, tengo otros intereses que son colectivos”.

Manifiesta el entusiasmo que le provoca su trabajo en la radio, empezando con el “Primer Congreso de Radios por el patrimonio” y la recuperación de los archivos mencionados anteriormente: “Esto es patrimonio del pueblo, de la gente, es nuestra historia, nuestra cultura”.

Se despide dejándonos con la expectativa de ver lo que hará, invitándonos también a nosotros a abrir caminos y buscar “imposibles” para hacerlos “posibles”.

Sobra (pandemia significa peste a nivel mundial) Viendo que era joven, que tenía avidez de aprender y sentía admiración orden de la frase para evitar redundancias A lo largo de su vida se ocupó de mejorar la de los demás…. Vocabulario

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